La innovación industrial al servicio de un consumidor conectado

Con el avance de la tecnología y la comunicación, los consumidores hemos cambiado nuestra visión de mundo y, por lo tanto, también de compra. Según Innova Market Insights, el enfoque de los consumidores en el próximo año, será en los aspectos saludables de los ingredientes de los productos de alimentación, en el etiquetado, la forma de producción y el packaging.

Por otro lado, las empresas de alimentación tienen la obligación de diversificar su producto y mejorarlo de forma que se adapte a las nuevas tendencias, lo cual significa un gran desafío pero a la vez una gran oportunidad.

Los cambios de estilo de vida y mentalidad de nuestro target deberían ser claves para regir nuestros procesos de innovación. Este nuevo consumidor ahora está hiperconectado, busca experiencias, se preocupa por su bienestar y el medio ambiente pero sin renunciar a la calidad.

Según el centro tecnológico español AINIA, los principales avances en tecnología alimentaria que tendrán un impacto en el futuro son los siguientes:

• Digitalización de procesos: Un informe de Accenture estima que la inversión global en el Internet de las Cosas (IoT) alcanzará la cota de 500.000 millones de dólares en 2020. Básicamente esto representa una fábrica automatizada, flexible, inteligente, social, sostenible y conectada, donde las personas, las máquinas y los sistemas de información sean capaces de cooperar de manera eficiente.
• Microencapsulación: Se trata de una de las alternativas más demandas por la industria alimentaria para mantener la conservación de las propiedades de los productos. Es una herramienta para estabilizar y controlar la liberación de compuestos activos obtenidos desde frutas, vegetales o materiales de descarte de los procesos agroindustriales. Gracias a este proceso, las sustancias bioactivas de los alimentos se introducen en una matriz del producto para impedir que se pierdan.
• Envases activos: Un envase activo es aquel que es capaz de interactuar química o biológicamente con el producto alimenticio con el propósito de mejorar la vida útil. En este caso, el alimento, el envase y el entorno actúan conjuntamente para mejorar la salubridad del alimento envasado; esto se realiza con el fin de aumentar el tiempo de conservación del alimento. Por ejemplo, se han creado envases con barreras al oxígeno, agentes antimicrobianos y absorbentes de humedad.

Los avances científicos y técnicos permiten hoy producir alimentos y bebidas que se adaptan mejor a las demandas de los consumidores de una manera segura, con procesos productivos más sostenibles y eficientes, cubriendo la demanda de mercados globales.